Extracto:Meyer Shields dice que le 'conmocionó' la decisión de Warren Buffett de jubilarse. Espera que Berkshire Hathaway pague dividendos y se enfrente a un mayor escrutinio.
Un analista veterano afirma que le sorprendió la decisión de Warren Buffett de dimitir como director ejecutivo de Berkshire Hathaway este año, y explica a qué cambios espera que se produzcan con su sucesor, Greg Abel.
“Me quedé impactado”, declara Meyer Shields, director general de Keefe, Bruyette & Woods, que lleva más de 15 años cubriendo las noticias relacionadas con Berkshire, en una entrevista.
Shields no vio venir la dimisión de Buffett porque el famoso inversor había “hablado con frecuencia” de su deseo de permanecer en el cargo durante el mayor tiempo posible. “Esta ha sido su vida más que cualquier otra cosa”, añade Shields.
Buffett, que cumplirá 95 años la próxima semana, acababa de demostrar durante las horas de preguntas y respuestas en la reunión anual de Berkshire en mayo que todavía tenía la “agudeza mental” y la familiaridad con las extensas operaciones de Berkshire para seguir al mando, dice Shields.
El hecho de que Buffett hiciera el anuncio indica que fue “voluntario” y “su decisión”, continua Shields. El legendario seleccionador de acciones puede haber optado por dimitir porque quería marcharse en sus propios términos y con su legado intacto, añade.
Buffett “siempre ha sido muy bueno en no excederse”, opina Shields.
Lo que podría cambiar con Abel, y lo que podría no cambiar
Berkshire tiene “tanto efectivo ahora” —una cifra récord de 344.000 millones de dólares a 30 de junio— que ya es hora de que devuelva parte a los accionistas mediante dividendos, afirma Shields. El conglomerado está “acumulando” esa enorme suma, continua, y “no beneficia a nadie que se quede ahí sin hacer nada”.
La empresa de Buffett solo ha pagado un dividendo durante sus 60 años al frente de la misma. En una ocasión bromeó diciendo que debía de estar en el baño cuando la junta lo aprobó.
Buffett ha dicho que prefiere dejar que los accionistas decidan cuántos ingresos quieren obtener de la empresa y que no quiere pagarles algo que esté sujeto a impuestos.
Shields dice que es “muy probable” que Abel reparta dividendos. También sugiere que podría producirse un aumento en la rotación de personal entre los empleados que quizá no sientan el mismo compromiso hacia el nuevo jefe.
Predice “un poco más de escepticismo” por parte de Wall Street y los medios financieroscuando la empresa deje de estar dirigida por alguien tan venerado que ha sido apodado 'el Oráculo de Omaha'.
A diferencia de otros gurús de Berkshire, Shields dice que no espera que Abel se involucre más directamente en la gestión de las filiales que Buffett, quien estructuró Berkshire como una red de negocios descentralizados y autónomos para poder centrarse en la asignación de capital dentro y fuera de la empresa.
Shields cree que una mayor implicación de Abel podría “casi cambiar la percepción” de Berkshire como un adquirente poco intervencionista, lo que podría disuadir a los propietarios de empresas de vender sus compañías al conglomerado.
“No creo que se vaya a precipitar a realizar cambios”, afirma Shields, especialmente teniendo en cuenta que Buffett tiene intención de seguir como presidente.
Shields también dice que Berkshire debería “mejorar su divulgación”, ya que sus informes financieros son “innecesariamente difíciles de entender” y escasos en detalles en comparación con otras aseguradoras.
Podría enfrentarse a una mayor presión para ajustarse a las normas del sector sin el “halo de Buffett al mando”, añade.
Asimismo, señala que muchas personas poseen acciones de Berkshire gracias a Buffett, y que una divulgación más detallada podría darles otras razones para seguir poseyéndolas una vez que él ya no esté.
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