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Berlín, 21 dic (.).- El año 2023 estará marcado por numerosos procesos de ajuste y el camino hacia una menor inflación, que pasa por un debilitamiento de la demanda o una recesión, es uno de ellos, según los pronósticos del Banco Alemán de la Industria (IKB).
En este aspecto, muchos factores, como los precios de las materias primas, los tipos de cambio y la economía, se mueven ya en la dirección correcta, apoyados por una política monetaria cada vez más restrictiva, subraya el IKB en un comunicado.
Así pues, cabe esperar un cambio en la dinámica de la inflación en el transcurso de 2023, no sólo debido a efectos de base.
Para el año que viene, el IKB pronostica una tasa media de inflación en Alemania del 5,7 %.
En cuanto a las perspectivas económicas, los vientos en contra serán fuertes.
Además, las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y la elevada inflación afectarán a la demanda interna de la zona euro.
Así, 2023 será un año difícil para Alemania, también a la vista de los precios sostenidamente elevados de la energía, que lastrarán no sólo a los hogares, sino también al país como emplazamiento industrial.
La recesión es inevitable, con una contracción del producto interior bruto (PIB) alemán del 0,8 %, estima el IKB, que agrega que no se espera que la economía se recupere hasta la segunda mitad de 2023 como muy pronto, y tampoco que la recuperación económica sea en forma de V.
Esto retrasará a corto plazo las inversiones necesarias en Alemania.
Los ajustes a lo largo de 2023 sentarán las bases para una recuperación económica en 2024, subraya el IKB.