Extracto:Las empresas de Estados Unidos reducen contrataciones y aplican despidos por el impacto de los aranceles de Trump, que encarecen costes y generan incertidumbre económica.
La economía de Estados Unidos comienza a mostrar claros signos de fatiga en el mercado laboral, y la política arancelaria del presidente Donald Trump figura entre los principales factores señalados por las propias empresas. Las industrias más expuestas al comercio internacional—como la manufactura, el sector energético y el comercio al por mayor— han congelado contrataciones e iniciado recortes de plantilla que ya afectan a las cifras nacionales de empleo.
El informe de empleo correspondiente a agosto, publicado la semana pasada, reflejó una fuerte desaceleración: apenas se crearon 22.000 nuevos puestos de trabajo, muy por debajo de las expectativas. El sector manufacturero perdió 12.000 empleos ese mes, con un balance negativo de 78.000 en lo que va de año. La minería, que incluye el petróleo y el gas, eliminó 6.000 empleos, y el comercio mayorista ha recortado 32.000 desde enero, según datos del Bureau of Labor Statistics (el repositorio de cifras de empleo de Estados unidos).
Según varios directivos consultados por el , el origen de esta tendencia está en los aranceles que Trump ha reactivado desde su regreso a la Casa Blanca. “Estos aranceles son un lastre para fabricantes como el mío. No hay ningún beneficio. Es un impuesto repentino que impide contratar y crecer”, declaró Julie Robbins, directora ejecutiva de EarthQuaker Devices, una empresa de pedales de guitarra con sede en Ohio.
Robbins explicó que, en condiciones normales, habría contratado a varios trabajadores adicionales. En lugar de eso, su empresa mantiene una congelación de contrataciones. “No podemos crecer sin estabilidad en las políticas y previsibilidad en los costes”, afirmó.
El caso de EarthQuaker se repite en compañías emblemáticasdel tejido industrial estadounidense. John Deere, fabricante de maquinaria agrícola e industrial, reconoció que los aranceles le han supuesto un coste de 300 millones de dólares en 2025. La empresa ha despedido a 238 empleados en sus plantas de Illinois e Iowa tras registrar una caída del 26% en su beneficio neto trimestral respecto al año anterior.
En el sector energético, el deterioro también es notable. Desde enero, la industria del petróleo ha perdido al menos 4.000 empleos, la mayor cifra desde la pandemia. Compañías como Chevron y ConocoPhillips han anunciado recortes masivos de plantilla —hasta 8.000 y 3.250 despidos respectivamente—. La presión se agrava en un contexto de precios bajos del crudo y aumento de costes por los aranceles sobre el acero y otros insumos industriales.
La volatilidad de la política comercial complica la toma de decisiones a medio plazo. “La rapidez con la que cambian los aranceles, la falta de claridad, hace muy difícil planificar”, indicó al Traci Tapani, al frente de Wyoming Machine, una firma de fabricación metálica. “Cuando alguien se va de la empresa, no lo reemplazamos.”
Desde la Casa Blanca se defiende la estrategia.El secretario del Tesoro, Scott Bessent, sostiene que los aranceles están impulsando el retorno de inversiones industriales al país. “Muchas empresas están aumentando su gasto en capital y planean contratar”, afirmó. Pero en la práctica, la mayoría de los ejecutivos se mantienen cautos, priorizando el control de costes ante un entorno económico impredecible.
Los datos lo confirman. Las tasas de vacantes y contrataciones en el sector manufacturero son notablemente inferiores a la media del mercado laboral, según el Center for American Progress. En julio, la tasa de vacantes era del 3,3% frente al 4,3% general; la de contrataciones, del 2,5% frente al 3,3%. La Reserva Federal, por su parte, sopesa recortar los tipos de interés en su próxima reunión. El presidente del organismo, Jay Powell, ya advirtió que la pérdida de impulso en el empleo podría neutralizar el efecto inflacionario de la política arancelaria de Trump.