Extracto:El Banco de España advierte de un repunte en el riesgo de impago de empresas, con foco en construcción e inmobiliario y la duda de si está en juego la estabilidad financiera.
El Banco de España ha emitido una señal de advertencia que no debe pasarse por alto:el riesgo de impago de las empresas no financieras ha comenzado a repuntar, con especial incidencia en los sectores de la construcción, actividades inmobiliarias y otros servicios. Este aviso figura en su último , publicado este mismo lunes. La probabilidad de impago ha aumentado 39 puntos básicos desde el tercer trimestre de 2024, pasando del 2,14% al 2,5%. Si bien sigue estando por debajo de los niveles medios registrados en 2022 —con una diferencia de 25 puntos básicos—, el Banco de España matiza que el incremento se ha generalizado a todos los tamaños de empresa y que se intensifica especialmente en las grandes compañías.
Construcción e inmobiliario, los sectores que más preocupan
La estadística más alarmante llega del lado del ladrillo: el riesgo de impago medio en el sector de construcción ha subido 44 puntos básicos, y en el de actividades inmobiliarias, el repunte alcanza los 96 puntos básicos desde el tercer trimestre de 2024. Esta evolución se interpreta como undeterioro evidente en la calidad del crédito concedidoa estas actividades, tradicionales motores de la economía española, pero también altamente cíclicos y vulnerables a los cambios en tipos de interés y demanda.
Según apunta el propio organismo supervisor, esta tendencia se debe a un aumento del riesgo asociado al saldo crediticio existente en estos sectores, sin que haya variado ni la composición de los prestatarios ni la estructura de la deuda. Es decir, no ha habido una renovación del perfil deudor, pero sí una degradación de su capacidad de pago.
Aunque en menor medida, el Banco de España también ha detectado un repunte en el riesgo crediticio de sectores clave como el comercio y la hostelería, con una subida de nueve puntos básicos, y en el energético, que acumula un incremento de doce puntos. En ambos casos, el avance del riesgo no alcanza las cifras de la construcción o el sector inmobiliario, pero refleja una tendencia a la baja en la salud financiera de sectores esenciales para el crecimiento.
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Las grandes empresas tampoco se salvan
Una de las novedades del informe es que el deterioro crediticio no se limita a las pymes. En las grandes empresas, la probabilidad de impago ha subido en 51 puntos básicos desde el tercer trimestre de 2024, situándose en el 2,03%. Aunque esta tasa es inferior a la media general del 2,5%, el salto registrado en apenas dos trimestres es significativo y debe interpretarse como un síntoma de fatiga también en los gigantes del tejido productivo.
Esta tendencia, además, se produce en un contexto de subida prolongada de los tipos de interésy una desaceleración económica en varios indicadores clave. La combinación de ambas variables complica el acceso al crédito barato y presiona a los balances empresariales, sobre todo cuando el crecimiento de ingresos no acompaña al alza de los costes financieros.
¿Significa esto una crisis de impagos?
A pesar del deterioro generalizado, el Banco de España ha querido enfriar las alarmas: “Los datos no evidencian un repunte significativo del riesgo de cola”. Esto significa que la proporción de créditos clasificados en la categoría de mayor riesgo —aquellos que podrían convertirse en impagos seguros— se mantiene, por el momento, estable y en niveles similares a los de 2022.
Sin embargo, esta advertencia no debe restar importancia al mensaje de fondo: el riesgo se está reactivando. Aunque no se ha disparado el volumen de créditos impagados, los indicadores tempranos muestran un empeoramiento generalizado en la calidad del crédito que podría anticipar futuras tensiones, especialmente si persisten los altos tipos de interés o si se debilita más la actividad económica.
La recomendación implícita del Banco de España es clara: prudencia financiera y vigilancia proactiva, tanto por parte de las entidades bancarias como de las propias empresas. Los bancos deben seguir aplicando criterios rigurosos en sus análisis de riesgo y dotar adecuadamente las provisiones. Las empresas, por su parte, harían bien en revisar sus estructuras de deuda, anticipar escenarios adversos y no sobre endeudarse en un entorno de costes financieros aún elevados.
El termómetro de los impagos entre empresas en 2025
El 54% de las empresas afirma haber sufrido impagos el último año. Un 20% de las pymes que entra en concurso lo hace por deudas nunca cobradas y en un 8% de los casos, los impagos comprometen directamente la viabilidad del negocio.
El plazo medio de cobro supera los 83 días, muy por encima dellímite legal de 60 días. Los pagos a más de 60 días suponen el 5,7% del total y los retrasos medios se han reducido ligeramente, situándose en torno a 14,5 días de demora media sobre el plazo pactado. Algunas empresas grandes llegan a retrasar pagos hasta 309 días, especialmente afectando a proveedores pequeños y medianos.